No son pocos los que cada cierto tiempo hacen predicciones acerca del fin del capitalismo. La más famosa es la que hizo Karl Marx, al expresar que las recurrentes crisis del capitalismo inevitablemente acabarían eliminando este sistema económico.
Hay otro economista, en la austriaco Joseph Scumpeter, considerado uno de los economistas más importantes del Siglo XX, que también predijo el fin del capitalismo. Pero para él, las causas serían totalmente diferentes a las planteadas por Marx.
Para Schumpeter, las crisis no provocarían el fin del capitalismo, sólo hacen parte de todo el proceso de crecimiento económico. Esa fase de crecimiento significa el resultado de la introducción de nuevos productos y de tecnología en la economía. La crisis resulta beneficiosa porque elimina las empresas menos eficientes y esto acondiciona el terreno para otra expansión dirigida por empresas saneadas y eficientes. En otras palabras, la fase depresiva del ciclo económico, es un proceso de destrucción creativa. Es una etapa de innovación que se genera en los mercados y destruye empresas y viejos modelos de negocio. Esta destrucción creativa es generada por quienes él denomina los emprendedores. Que son quienes realmente introducen las innovaciones en la economía.
“La posibilidad de generar ganancias, que pueden llegar a ser muy grandes es el principal atractivo para los emprendedores. Son ellos quienes asumen los riesgos introduciendo productos, procesos o nuevas tecnologías en el mercado”. Y cuando una innovación tiene éxito otras personas siguen su camino y la nueva idea se difunde por toda la economía y esta es la fuente de crecimiento económico; las actividades del emprendedor. Schumpeter deseaba que el proceso de crecimiento continuara pero para él era imposible porque lentamente los emprendedores desaparecerían. Cuando un innovación es introducida con éxito, al tiempo se vuelve común y la reorganización de las empresas bajo esta nueva innovación hace que todo se normalice. Es decir, al inicio, el emprendedor triunfa y genera el crecimiento de una gran empresa pero luego los emprendedores se convierten en jefes normales y la gran empresa pronto comienza a ser reacia a asumir riesgos, bajo una estructura burocrática y jerárquica.
Finalmente los directivos comunes reemplazan a los emprendedores y así es como terminaría la esencia el capitalismo, opacado el emprendedor innovador, aquel con iniciativa empresa generadora de crecimiento económico.
Hay hipótesis que Schumpeter acertó y otras que no. Definitivamente el capitalismo no desapareció a finales del siglo pasado como lo predijo y parece estar muy lejos de llegar a su fin. Pero sus ideas sobre el emprendedor innovador y la destrucción creativa han tomado relevancia en los últimos años. Un ejemplo es la industria tecnológica que ha mostrado un progreso sin precedentes.
En épocas de crisis, el espíritu empresarial con ansias de resolver problemas de todo tipo, sigue creciendo en todo el mundo, y a pesar de que existe en el imaginario que las grandes empresas son las únicas que innovan, muchas de las nuevas tecnologías que estas adoptan, provienen de las ideas de los emprendedores o pequeñas empresas. Después de todo, probablemente en tu país más del 50% del empleo sea generado por pymes. Muy pocas alcanzarán el éxito a gran escala pero sin duda son grandes generadoras de empleo.