Probablemente hayas visto alguna película de espías como las de Misión Imposible o las de James Bond (el agente 007). Estas películas tuvieron su auge durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, pero esta no era una guerra con ataques militares directos sino una a nivel espacial, ideológico, económico y político, Entonces una de las formas de enfrentar al otro era a través de la información y desinformación. Por esta razón, Hollywood estaba permanentemente presionada por el gobierno de Estados Unidos para transmitir ideas en sus películas que estuvieran acorde con sus intereses. Y en muchos casos mostrar al enemigo como el mayor peligro contra los intereses del país. Por eso, en estas películas se mostraban a los rusos como muy malos, fríos y sin sentimientos.
En política se suele llamar a esto, el síndrome del enemigo, que consiste en exagerar la peligrosidad del adversario. Entre más peligroso se muestre al otro, más necesaria es mi presencia; más poder me dan para derrotarlo, más financiación obtengo o justifico para controlarlo. En pocas palabras, el otro representa el mal y yo el bien. El enemigo, siempre tiene motivos perversos y yo tengo objetivos nobles.
Esto parece suceder con Donald Trump, que siempre encuentra un enemigo externo a derrotar o culpar, ya sea, China, la prensa o el partido demócrata. Hace algunos años, el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe utilizó de enemigo a las FARC para ganar la presidencia y aumentar su poder porque se promocionaba como el salvador y el único que podía contener las acciones de este grupo terrorista. En el mismo sentido, para Nicolás Maduro, el fracaso de Venezuela no es culpa del socialismo y de la corrupción sino del imperio estadounidense, de los empresarios y capitalistas salvajes.
En fin, en la política siempre se encuentran ejemplos de dirigentes hablando de la peligrosidad de sus enemigos para justificar su presencia. El más evidente en la actualidad es el coronavirus, el enemigo externo que están utilizando algunos políticos para esconder sus desaciertos, problemas internos o simplemente mostrando sus acciones contra el virus para aumentar su popularidad.